LA MUERTE ENAMORADA
La dualidad en el cuento “La Muerte Enamorada” by David Achiña
Como punto de partida se debe mencionar que “la dualidad radica en una predeterminada acción analítica de enfocarnos en un marco incompleto de la realidad por ende las conclusiones y valores que nos llevan también suelen ser incompletos” (Hiram José, 2010); es decir que la dualidad en un cuento fantástico permite que los pensamientos y la imaginación sobrepasen las leyes dentro del marco natural, creando sensaciones contradictorias a los sucesos y a su vez eliminando las barreras existentes en entre el hombre y su ambiente. Por esta razón la representación de la dualidad en el cuento “La Muerte Enamorada” genera en el lector una sensación extraña y opuesta a lo concebible, creando una atmósfera extraordinaria en donde lo imposible sencillamente sucede, con una doble naturaleza entre vida y muerte, sueño y realidad o santidad y pecado.
En primer lugar, la representación de la dualidad entre vida y muerte en el cuento la Muerte Enamorada, es la parte fundamental de la estructura del cuento porque permite que se dé inicio a su desarrollo. Y se puede evidenciar la aparición de Clarimonda ante Romualdo, que refleja a una mujer con vida y muy hermosa, creando un vínculo de forma inmediata e incluso Romualdo se enamora a primera vista; esto sin duda fue el comienzo de lo extraordinario del cuento.
Al transcurrir los acontecimientos y más aún cuando se anuncia de forma inesperada la muerte de Clarimonda, se crea una sensación de intriga en el lector, porque en ese momento no se da a conocer el motivo por el cual muere, también se logra transmitir el sentimiento de dolor cuando Romualdo ve con sus propios ojos que su amada está muerta. No obstante, dentro de este ambiente triste y de mucho dolor se genera un suceso que en la vida natural es inexplicable, Romualdo muy desconsolado se acerca a los labios de Clarimonda y logró sentir como una suave respiración permitió que sus labios se unieran, que los ojos de Clarimonda se abran y que sus labios mencionaran lo siguiente:
– ¡Ah, eres tú Romualdo! –Dijo con una voz lánguida y suave como las últimas vibraciones de un arpa–; ¿qué haces? Te esperé tanto tiempo que he muerto; pero ahora estamos prometidos, podré verte e ir a tu casa. ¡Adiós Romualdo, adiós! Te amo, es todo cuanto quería decirte, te debo la vida que me has devuelto en un minuto con tu beso. Hasta pronto. (Théophile Gautier, 1836, p.16)
En este escenario se comprueba la representación de la dualidad vida y muerte, Clarimonda que estaba muerta logra revivir con un beso de Romualdo y ella menciona que volverá. Este aspecto como seres naturales sabemos no es posible, que si una persona muere esta no puede regresar a la vida con un beso y prácticamente solo suceden en la mente del hombre (Hahn, 2006) . Más, sin embargo, pasa y permite que en nuestra imaginación este suceso sea aceptado, al descubrir que en realidad logra vivir nuevamente y va en busca de Romualdo su gran amor, diciendo:
–Me he hecho esperar, querido Romualdo, y sin duda habrás pensado que te había olvidado. Pero vengo de muy lejos, de un lugar del que nadie ha vuelto aún; no hay ni luna ni sol en el país de donde procedo; sólo hay espacio y sombra, no hay camino, ni senderos; no hay tierra para caminar, ni aire para volar y, sin embargo, heme aquí, pues el amor es más fuerte que la muerte y acabará por vencerla. (Théophile Gautier, 1836. P. 19).
En este sentido Clarimonda vuelve a vivir, y nos hace entender que viene de la muerte, y que hace énfasis que es un lugar de donde nadie, hasta ahora a podido volver, pero ella lo hizo.
Como segundo punto, también se puede evidenciar la representación de la dualidad entre sueño y realidad, al crear sensaciones extrañas cuando el ambiente cambia de forma inexplicable ante los sucesos que en el cuento se desarrollan. (Hahn, 2006) menciona que la literatura fantástica en este aspecto permite la fuga de la realidad real, para encontrar un refugio en un ámbito extraño, generando que los órdenes establecidos entren en una situación difícil para una persona de manera sutil y radical. Por lo que dentro del cuento y a través de sus los sueños Romualdo, él no es un hombre de Dios es todo lo contrario, pero al despertar la realidad es diferente sigue siendo un sacerdote que predica la palabra de Dios, pero con cargos de conciencia. Esto da un preámbulo para que a través del sueño una persona pueda tener una segunda vida y sentir como esta sería y que es lo que ocurriría en ella, por ejemplo, Romualdo menciona lo siguiente
Estaba tan cansado de llevar esta doble vida que acepté; deseaba saber de una vez por todas quién era víctima de una ilusión, si el cura o el gentilhombre, y quería acabar con uno o con otro o con los dos, pues mi vida no podía continuar así. (Théophile Gautier, 1836, p.27)
Con el ejemplo mencionado podemos notar que este tipo de dualidad causa intriga, y nuestra mente empieza a jugar un papel importante para identificar lo que realmente es posible, quién sueña a quien, si el sacerdote al noble o el noble al sacerdote, aquí sin duda se genera la sensación de dos ambientes contrastados, un lugar donde Romualdo tiene una vida de sacerdote y el otro en donde es envuelto por Clarimonda que está muerta.
Finalmente, la representación de la dualidad santidad y pecado genera una sensación extraña y opuesta a lo concebible, debido a que no se pude explicar cómo Romualdo siendo un sacerdote no puede resistirse a la tentación de enamorarse de Clarimonda y supo escapar del mal. Su vida se trataba de cumplir los deberes cristianos como: orar, ayunar, socorrer a enfermos, etc. Sin embargo, en su interior también sentía que debía despojarse de todo lo que no lo hacía feliz y esto lo experimenta en su sueño al sacarse su sotana e irse con Clarimonda. Este dualismo, también permite que se genere una confrontación en el personaje, como él puede desapegarse de sus creencias a causa del pecado a través de este fragmento:
Confieso para mi vergüenza que había olvidado por completo las advertencias del padre Serapion y el carácter sagrado que me revestía. Había sucumbido sin oponer resistencia, y al primer asalto. Ni siquiera intenté alejar de mí la tentación; la frescura de la piel de Clarimonda penetraba la mía y sentía estremecerse mi cuerpo de manera voluptuosa. ¡Mi pobre niña! A pesar de todo lo que vi, aún me cuesta creer que fuera un demonio: no lo parecía desde luego, y jamás Satanás ocultó mejor sus garras y sus cuernos. Había recogido sus piernas sobre los talones y, acurrucada en la cama, adoptó un aire de coquetería indolente. (Théophile Gautier, 1836, p.20)
Con el fragmento mencionado nos damos cuenta de que Romualdo puede sentir al mismo tiempo la sensación de santidad y pecado. También se da notar que encuentra la conexión de Clarimonda con la maldad y no con el bienestar. En la vida real podemos sentir esta sensación cuando procedemos de forma incorrecta, pero la sensación es indescriptible por que se trata de un cuento de 1836, en donde las personas tenían una relación estrecha con la iglesia y la religión cristina, por lo que a vista de las personas de esas fechas esto no era concebible, pero en el cuento sucedió.
Con todo lo mencionado anterior podemos concluir que, la representación de la dualidad entre vida y muerte, sueño y realidad o santidad y pecado en el cuento la Muerte Enamorada, permite concebir sensaciones extrañas y opuestas al orden natural, creando en nuestra imaginación una percepción diferente. También se considera la importancia de las representaciones de la dualidad en la estructura del cuento, y como estas involucran a los personajes y sus elementos fantásticos para que los acontecimientos tengan una esencia extraña.
Lo fantástico nos pone ante un dilema: ¿creer o no creer? Lo maravilloso lleva a cabo esta unión imposible, proponiendo al lector creer sin creer verdaderamente. (Tzvetan Todorov, 1981).